miércoles, 18 de noviembre de 2015

EL LADRÓN





RECUERDA TU TRABAJO ES IMAGINAR 




Era de noche en la ciudad Lhemos, llovía, era una lluvia rara, bajo la cúpula que Separadora esto era un momento raro, en las calles dominaba el frío húmedo y muchas personas habían proliferado después de etapa negra del lugar, las revueltas y redadas que se dieron con la frialdad del hambre. 

En la esquina de Beta #3 un panadero cocinaba su mercancía, ya se comenzaba a notar que era tarde y el frío se levantaba como el eco de Pi, aún esperaba a su hija, se le había terminado la cocoa y el rexal, también habían sufrido tras la muerte del presidente Pi, por lo menos era el único nombre que recordaba de éste. Después de la caída de Pi, la economía se desplomó durante dos semanas, pero él había trabajado arduamente, luego de la caída Afrodite, ese ser transgénero se transformó en la o el presidente de Lhemos, las cosas mejoraron, pero no en los barrios bajos donde se había formado una alianza nueva para acabar con Afrodite, muchos decían que era un dios, que era la reencarnación de la diosa, de eso pocos sabían la verdad. El hombre ya estaba preocupado cuando decidió salir a la lluvia, su hija venía empapada bajo la bicicleta, su expresión no era común, parecía tener miedo, lo sabía, la brigada de Los Negros se acercaba. Entonces corrió a su hija, le ayudó a bajar, entraron y echaron el seguro...

La Brigada negra siempre había sido famosa, ahora se encontraban en Yipsi en una esquina tomando de la mano a un hombre que presuntamente era culpable de robo, pero la verdad era que este hombre había estado dentro del clan Blanco, una nueva secta que se había formado tras el postulado del Presidente Afrodite, que era extremistas y odiaban a todo tipo de personas que fueran Raras. El hombre estaba ante cinco encapuchados negros, lo sabía, era imposible huir, eran vampiros, sólo que la luz no les afectaba por estar completamente de negro, eran como Nosferatus, eran sumamente violentos, pero con la capacidad de entender si uno de ellos era humano, pero aún así tenía que estar de negro para que obedecieran, tres pasos adelante y se posó ante él el humano. Era obvio que lo miraba, sólo tenía gacha la cara y la lluvia lo empapaba, si hubieran puesto su cara hacia arriba tal vez se hubiera ahogado, o tal vez exagere en la situación, una bicicleta pasó rápidamente, una chica que llevaba bolsas, no era su objetivo, no, el objetivo yacía ahí, débil y cansado tirado, se acercó más y el miedo fue inmenso. El frío era nada con el pensamiento que se formaba en la mente del simple hombre...

El Ladrón estaba en su habitación mirando a través de la venta, las gotas de agua golpeaban todo, a lo lejos  miraba un cartel eléctrico que rezaba algo, quién sabe qué, el viento ululaba en el mundo, la cama estaba revuelta y la vela se terminaba, había puesto seguro a la puerta era obvio, no sería el típico idiota que entra a un motel de Lhemos con gabardina negra, estaba en el barrio bajo, las brigadas negras no se atrevían caminar por esos lugares, en alguna ocasión el mismo le quitó la máscara a uno y murió al instante, se hizo completamente ceniza, tenía la cara espantosa, tal vez normal, pero se carbonizó tan rápido que no se dio cuenta de nada, los ojos chisparon como huevo duro al caer. El lugar estaba apacible, pero él sabía que pronto tendría un viaje, fue entonces que tocaron la puerta, el Ladrón se acercó a la puerta y miró por el rabillo, era Cuath, un hombre del clan Blanco. Abrió la puerta y lo dejó entrar, no era común, era alguien preparado y no tenía finta de ser terrorista, una persona común y corriente. Éste se arrodilló.
-Mi señor, hijo de Iota, el cazador de dioses...
-Levántate imbécil si no quieres que te perfore esa maldita boca- Lo tomó con una mano tan ligero como una pluma y lo lanzó dentro del cuarto. –¿Piensas que si se enteran que soy bastardo de Iota, me tratarán con cordura?
-Mi señor, disculpe.
-No importa, nadie te ha escuchado. 
Cuath, no sabía cómo, pero lo sabía, el Ladrón cerró la puerta.
-La información que quería es correcta, sí existe el lugar tiempo-espacio que busca.
-Perfecto. Ya sabes qué hacer, busca a la brigada y envía un mensaje.
Entonces Cuath se arrodilló nuevamente clamando su poder.
-Mi señor, sé que estoy a sus órdenes, pero quiero que me recuerde el vasto poder después de la muerte, esa máquina que dice usted que existe, dígame, dígame qué me hará.
El Ladrón se asqueó.
-la máquina de la resurrección sólo le da vida a aquéllos que sirven a los dioses, hay una remota posibilidad de que si mueres bajo las órdenes del dios Thanatos...
-¿Posibilidad?- Cuath temblaba como un loco.
-¿Es que a caso no confías en el poder de un dios?
-No, mi señor, no quise decir eso, sólo que el miedo es latente...-
-Te entiendo, eres un simple humano, los humanos temen a la muerte... quiero que sepas que Thanatos es dios de la muerte. Él te recompensará justamente. 
-Mi señor, le agradezco esto, los dioses lo bendigan.
El ladrón miró cómo Cuath salía de la habitación, era un suicida.  Comenzó a hablar solo.
-Entonces es verdad, el Guardián existe, y él tiene los secretos, la resurrección, mi padre revivirá, juntos podremos vengar su muerte y levantaremos a Thanatos {que después de su muerte en México, un pueblo pequeño de mala muerte, Sinsaloa...} Y mataremos a este dios que se a consolidado en Lhemos- miró en sus bolsillos, aún tenía dos, no, tres trasladores, los utilizaría, pero hoy no. más tarde y más tarde escuchó la explosión, los gritos de muerte y desesperación, Cuath lo hizo, él mismo le buscaría solución a esa pobre muerte.
-Hades lo pudra...
El Ladrón durmió y recordó a su padre, hacía más de ciento veinte años lo tuvo con una mujer, él era el único bastardo. Y le había heredado todas sus habilidades.  



Qué tal, pues no hay que dar para atrás :D estos días mi imaginación ha estado loquilla,  espero que les guste esto, es algo de lo que pienso escribir sus respectivos libros y quiero que sepan que El artista de Thanatos está en mis manos y en proceso :D

No olviden que esta historia tiene varias visiones, visiones que no te esperas.

Es todo por hoy, nos leemos mañana con una nueva parte y si estás al margen y atento del trabajo, que espero que así sea, ya sabes, comenta y comparte, eso me ayudaría mucho, me retiro y les deseo Eterna felicidad.

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